sábado, 5 de julio de 2008

A mi hermana Catalina


MI HERMANA CATALINA... 1/6-00

Era una chica joven ...
Lo más cercano a mi madre
que he conocido.

Tenía una mirada honda y penetrante,
ojos hermosos, pardo/oscuro; ¡brillantes!
como la uva fresca.
Su pelo negro corto, algo escaso
era un elemento importante en su personalidad.

Me duele recordarla
me duele que la hayan asesinado.

Lo más lindo que tenía eran sus ojos
negros, vivaces, achinados
y su personalidad era recia,
le gustaba “tomarse las cosas en serio”.
Tal vez por eso, nunca engordaba
sólo lo hizo cuando tuvo al Beto.

Para mí era como mi madre, mi maestra:
exigente y cariñosa,
estricta pero regalona.

Cómo serían sus ojos llamativos,
cómo sería de hermosa su mirada
Que los esbirros se quedaron con ellos,
le arrancaron los ojos,
le destrozaron hasta el alma.

Cuánto habrán gozado, los chacales,
viendo sus ojos desangrarse,
en medio de la agonía, y del miedo
en medio de los gritos y los espantos.

Sus ojos eran un estorbo para ellos.
Eran como llamas que los quemaba
Llamas que señalan el camino
A los desamparados.
Ojos que denuncian la injusticia
Ojos que reclaman no olvidarlos,
Ojos que te dicen la verdad.

No puedo dejar de recordarla
dándonos siempre ejemplares consejos
O escribiendo trabajos con su máquina,
hablando de lo bueno y de lo nuestro
o sea, haciendo su militancia.

¿Cuándo pensámos que acabarías así ..?
¿Cuándo tomaste la decisión de morir?
Juntas soñábamos envejecer,
Juntas pensábamos en progresar.

Yo no quiero olvidarte, hermana mía,
Tu eras como mi madre,
No puedo recordarte con paciencia
Y no puedo recordarte sin violencia.

Yo quiero que tu nombre y otros nombres
adornen los cielos infinitos del Mundo
para que todos sepan quien tu fuiste
y por qué me dejaron sin tus ojos.-

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